martes, 18 de marzo de 2014

ACTUALIDAD

Vivir en un contenedor

Hoteles, oficinas y viviendas construidos con containers ya se pueden ver en distintos lugares del mundo, incluso en el país. Precios y consejos técnicos.


SISTEMA CONSTRUCTIVO.
La casa Oruga de Sebastián Irarrazával está realizada totalmente con contenedores.
Las viviendas hechas con contenedores metálicos ya son una alternativa constructiva posible, ventajosa tanto por sus costos como por la rapidez de montaje. Pero al la hora de elegir esta variante es importante verificar temas estructurales y considerar la aislación térmica adecuada.

Creadas para transportar mercadería de un lado a otro de los océanos, hace tiempo que estas cajas metálicas llamaron la atención a los fanáticos del reuso. Hoy, después de varias décadas, se pueden encontrar viviendas, hoteles, oficinas y hasta edificios hechos de containers.

Uno de los casos paradigmáticos es el Container City I, del arquitecto Nicholas Lacey, inaugurado en 2001. Implantado en Londres, fue el primero de una serie de 14 edificios construidos en esa ciudad y cuenta con 15 viviendas. La unidad mínima del Container City I, de 30 m2 de superficie, se puede vincular con otros módulos para lograr unidades de mayores comodidades.

Otro de los casos famosos se encuentra en Holanda, considerado el mayor bloque de viviendas realizado con contenedores en Europa. La firma Nilesk fue la que construyó este complejo de mil unidades habitacionales para estudiantes en Amsterdam.

En nuestro país, el arquitecto Jorge Kircherer ha desarrollado una serie de oficinas móviles para la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad. Además, la Quo Container Shopping, un centro comercial diseñado por la arquitecta Cecilia Bertezzolo, tiene fecha de inauguración para mayo de este año.

Es importante saber que los contenedores no son aptos para ser habitados sin antes realizarles una serie de modificaciones que mejoran sus condiciones. Si bien estas cajas metálicas aparentan ser robustas, es necesario realizar un estudio estructural si la intención es apilarlas debido a que los contenedores usados pueden tener golpes que disminuyen su resistencia.

Por otro lado, el aislamiento térmico es fundamental y los sistemas de construcción en seco son fácilmente adaptables para estos casos. Montantes y soleras dejan el espacio necesario para alojar el aislante térmico. Con un espesor de 5 cm de lana de vidrio en los muros se pueden lograr valores de transmitancia térmica de 0,70 W/m2°K, contra 1,35 W/m2°K de un muro de ladrillo hueco autoportante.

Si bien existen varios tipos de contenedores los recomendables para estos usos son los conocidos como Dryvan de 40 pies High Cube y que cuentan con una altura libre interior de 2,60 metros, 2,30 metros de ancho y 12 metros de largo a diferencia de los otros que resultan más pequeños.

En el país existen varias compañías y portales de comercio electrónico que los comercializan usados con valores que van desde los $35,500 hasta los $50,000 para un contenedor 40 pies HC y $20,500 para un contenedor de 20 pies. Si bien los costos son similares a la construcción tradicional, los beneficios están relacionados con la rapidez del montaje y el trabajo en taller.

Fuente: ClarinArq

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